No sé si sea una ironía, pero eran las 6:44am de un viernes 13. Haciéndole el quite al despertador y buscando excusas entre el sueño para unos minutos más de almohada y de seguridad, me resignó a comenzar el día como tantos otros. Revisando que noticias tiene mi teléfono. En la pantalla ese icono verde acompañado de un saludo y una frase de mi hermano que leía "Malas noticias". Confiando en el típico humor familiar, por unos segundos espere alguna frase cínica, irónica o cómica. Pero pasados unos segundos, después de ver Alejo is typing... finalmente la noticia se me completa. "Acaba de llamar Jaime , se metieron a su casa anoche.". Rápidamente me incorporo e incrédula repaso en cuestión de segundos y pienso que no puede ser tan grave, que a mí no me pasan estas cosas, que si se robaron algo, fue poco. Tranquila pero ansiosa, llamo a la finca a que Jaime me describa de forma muy entrecortada la noticia y me confirme que fue un robo de un par de cosas, nada del otro mundo, nada que pudiera manchar mi rincón del universo.
Pero parece que no fue tan poco, ni tan trivial como lo imagino. Así que me dispongo a enfrentar la situación con la compañía más poderosa que tengo, mi madre y mi hermano. Para cuando salimos de Bogotá rumbo a Manqué, ya la maquinaria práctica que caracteriza a mi familia venía a todo motor. Un plan con red de apoyo y con la sensación de que tenemos el toro por los cuernos. Yo, como adormecida, diciendo y actuando medio consecuentemente con la noticia, pero completamente desconectada del sentimiento. Creo que seguía sin ser realidad todo. Me vestí de indignación y de incertidumbre, y seguí los minutos confiando que al final del día resolveríamos lo que tocara resolver.
Por el camino recogimos un asesor de seguridad e hicimos una parada en el pueblo buscando apoyo de esa "fuerza" publica colombiana que da más desconfianza que cualquier otra cosa. Nos bajamos del carro mi hermano y yo acompañados de Martín; el de seguridad y preguntamos por el encargado. El Policía de turno saluda a los dos hombres que me acompañan y a mi no me da una segunda mirada, por lo cual me presento por mi nombre y le informo que la dueña de la finca, soy YO. Hace llamar a un sub-teniente o algo así, que resulta sólo tiene 22 años. Desde ese momento me doy cuenta que estoy en manos de hombres, me siento "ignorante" y "desprotegida". Que mierda que es ser mujer para afrontar estas cosas, para tomar decisiones, para tomar las riendas. Sin duda todavía me siento niña y tremendamente vulnerable. Por unos segundo pienso en mi papá, en la seguridad que me daba dejar todo el manos de él. Pero lo pragmático de la situación, me aterriza y en vez de ver supuestos, se que en manos de Alejo y de mi madre estoy "salvada".
Finalmente parquea mi mamá el carro, me bajo con decisión, dispuesta a entrar primero para enfrentar lo que durante las ultimas horas parecía espumarse con gravedad. Ha hacer mío lo mío y comenzar a aceptar el dolor y la rabia que sin duda vendrían más adelante. Con las piernas algo temblorosas pero la mente medio adormecida, entro esperando encontrar una escena de vandalismo y odio social que cumple con el imaginario de cualquier colombiano. Pero para sorpresa mía, se ve algo de desorden, algunas cosas en el piso, algunas latas, cajones abiertos, espacios desocupados y claro, no hay televisión. Pero nada roto, nada vandalizado, no parece ser tan grave. Me tranquilizo y doy vuelta por toda la casa. Tal vez la escena más impactante es uno de los cuartos con las sabanas revueltas, todo en el piso. Imagino la fiesta alborotada de estos pillos y se me retuerce el estomago del asco. Pero con una segunda mirada veo que solo es cuestión de unas sabanas y fundas que usaron para empacar TODO lo que se llevaron.
Veo a mi mamá y con un gesto de tranquilidad ambas nos engañamos pensando que no fue tan grave. Agradecidas con los ladrones por haberme robado, pero no amarrado, o matado o quien sabe que más acciones nefastas de historias conocidas con finales más trágicos. "Lo importante es que no me pasó nada, afortunadamente no estaba...." y lo pongo en perspectiva y pienso que ante todo, siempre hay algo que puede ser peor.
Sin embargo luego de mirar con más detalle "SE LLEVARON TODO!!! DESOCUPARON LA CASA!!!" y entonces ¿que consuelo es ese de que todo puede ser peor? No lo fue! Fue peor que el hipotético de que no me robaran, eso debería ser suficiente para que duela para que no me sienta tan afortunada como me insisten todos los que me rodean. El pajazo mental por excelencia. ¿Qué pasa con el pensamiento de que también todo puede ser mejor? ¿Donde está esa escala de grises que parece inexistente y que justifica a unos desgraciados?. Así que por dentro grito que NO estoy agradecida, ¡el hipotético no pasó!, lo que fue, fue! y que mala suerte tuve, no hay más!!! El día que corra con peor suerte afronto eso pero hoy, ¡hoy fue esto!
10 años de atesorar y acumular esfuerzo, con ilusión de cada cosa, para ese día cuando por fin pudiera y decidiera construir mi casa, la de los sueños, esa que estaría marcada por mí en cada rincón, por los míos, por los sueños y por los recuerdos; MI MANQUÉ.
Tan solo año y medio después de ver materializado el sueño, el esfuerzo y porque no, el billete que le metí, y ya mi pobre MANQUÉ ha sido testigo de un desarraigo y ahora de un patadón de esos que duelen, que dejan sin aire, de los que uno se repone, pero que dejan rabia y una sed de justicia que sabe a sed de venganza.
Mientras en segundos la mente hace todo tipo de conjeturas, los hombres que nos acompañan "investigan" no como el Law & Order o en CSI, sino mas bien como Pandillas Guerra y Paz. En otras palabras, la supuesta investigación los lleva por "rastros" a una de las casitas de los cuidanderos. Persiguen un descodificador y un control remoto que sorprendentemente están en un potrero como por arte de magia. De una vez concluyen que eso o fueron los mayordomos (que llevan 35 años con nosotros) o que los bandidos se van por un caminito con todo a la mano. Ojo, todo en la mano; tapetes, botellas de trago, ollas, sartenes, cubiertos, vajillas, herramientas, sabanas, toallas, hamacas y todo lo que tuviera un enchufe. No hay posibilidad alguna de que entraran un carro eso lo sé, ¿pero cómo diablos sacaron todo? "Tranquila señorita eso no es una banda sino un par de campesinos que recogían el maíz en la finca de al lado, unos principiantes."
Al ver que nada pasa, que se sientan a esperar a que llegue el señor de la SIJIN, que ni dan vuelta por la finca, mi incompetencia momentánea femenina sabe que hay algo más. Pero las 3 cosas que sugiero, permito que me las desbaraten con argumentos chimbos y me resigno a la realidad y desconfío de mi criterio, Una "niña" como yo, ¿cómo podría saber más que esta gente con experiencia? ¿Será que mejor no digo nada, que tal que estos mañana sean cómplices?. Más bien a pensar en el plan de contingencia para mañana. La reconexión de la alarma, de las guardas, de cómo hago para volver sin congelarme del susto.
Dias después cuando ya reincorporé la confianza en mí, me dirijo hacia donde desde ese día sospeché se habían dado a la huida los bandidos. ¡Claro! cercas rotas, dos potreros mas allá una carretera con un camino perfecto para parquear un camión. Por lo menos 5-8 tipos cargaron todo. Se tomaron su tiempo, nada con afán. Lograron cortar las alarmas, esperaron a los que nunca aparecieron para tranquilamente hacer de las suyas. ¡Qué rabia me dio saber que no insistí, que me deje convencer por esa energía masculina que aveces anula hasta a una mujer tan "agresiva" como yo. De pronto habríamos podido investigar algo más.
Mi vida es "sola", mi casa es mía, nadie comparte el dolor ni la responsabilidad de reconstruir, todo está en mis manos, todo era mío. Veo como todos los que me quieren y me rodean, duelen por mi y agradecen igual que yo. Se que no me dejarán sola, pero que al final en esto, lo estoy.
Que poco de sentimientos de otras cosas que me invaden, esos que asustan, que me confunden. ¿Quien va a querer volver acá tranquilo conmigo? ¿Quien me acompaña mañana cuando siga la vida?? Juemadre que manera... !puede que nadie! y entonces ¿me entecaron mí rincón del universo? ¿me pusieron aviso de sellamiento?? NI PUEL... me quedo a dormir mañana sea como sea, pienso recuperar lo que es mío.
Las siguientes horas son de cumplir lo que debe ser, el denuncio en la URI de madrid, las huellas, el vidrio por donde se metieron, contar la historia mientras oigo otros denunciantes con sucesos escalofriantes a mi alrededor y un funcionario que usa solo el dedo indice para typear 4 paginas. 2 horas más tarde por fin de salida y ya dejando atrás lo crítico almorzamos y me invade la jaqueca más tétrica que he tenido en mucho tiempo, a medida que como va atenuándose. Cada uno coge su camino para arrancar el fin de semana. Yo llego a mi casa acompañada de mi mamá y decido pasar por donde mi hermana a contarle la historia, a saludar porque hoy también a vuelto de viaje, a ver a mis sobrinos que siempre logran desnublarme cualquier día. Laura como siempre ya me tiene un par de detalles para reemplazar algunas cosas, estoy conmovida, agradecida, pero a la vez muerta de la rabia de pensar que debo conformarme con cosas que no son las que tenía. Culpable de que lo material me duela. Pero bueno ya paso...
Un duchazo, la piyama y a descansar. Estoy agotada. En cuanto salgo de la ducha me desplomo en lagrimas, por fin los sentimientos medio me sobrecogen y aun cuando quiero salir corriendo a donde mi mamá estoy tan exhausta que no me puedo ni parar. Una noche de perros, pesadillas y el sábado, a recuperar lo que es mío.
Los días siguiente fueron ya una realidad de tristeza, rabia y frustración. Casi todo se reemplaza, así que le doy sepultura a ese tema y lo irremplazable, lo que debajo tenia su historia, eso lo sufro y pronto lo olvidaré. Ahora bien, que alguien me de la dirección del árbol que da billetes, porque aun cuando es reemplazable primero toca conseguir con que. Caí en cuenta unos días después que tomará tiempo que tendré que ser paciente y consiente para poco a poco RECONSTRUIRNOS.