Querido Pá,
Mando por correo certificado esta carta que escribo desde el balcón americano con vista al mar, que todavía me recuerda a tus días de bajo estrés. Quiero cerciorarme que sea como sea, puedas leer la historia de los 20 años que han pasado desde el día más triste y desconcertante de mi vida. Ese viernes de madrugada cuando el corazón escogió descansar. Hay tantas cosas que contar, tanto de lo que te has perdido, que por si a caso no tienes televisión digital donde sea que estés, de pronto una buena carta pueda refrescarte y alegrarte, con el resumen ejecutivo del paso del tiempo y de las ramas y hojas que le han salido al tronco que dejaste.
Empiezo por contarte que tu obsesión por estar comunicado todo el tiempo y las “panelas” de aparente avanzada que dejaste, hoy han cogido tal vuelvo que los supersónicos se quedaron cortos. Los teléfonos no solo llaman, también textean, skypean, googlean, banquean, y retratan a punta de selfies, cada arruga, cada sonrisa, pero pocas lágrimas. En definitiva, un solo “electrodoméstico” con todas las opciones y con el solo deslizar de un dedo. Así que aunque nunca lo viviste, te cuento que ayudaste a cambiar el mundo. Tu, que eras adicto a hablar por teléfono, se que esta era te habría encantado, te imagino como tus nietos, “ensotado” con tanta maquina.
Unos añitos después, internet lo cambió todo. Ahora tenemos Facebook; un álbum de historias que no se pierde ni la postura de un botón ni la pelada de un banano. Se registra cada noticia, cada felicidad; absolutamente TODO. Desapareció la vida privada como la conociste ahora los trapos limpios y los sucios se lavan con la opinión de todo un mundo virtual. Siempre estamos comunicados, nunca hay un descanso; el mal de este milenio sin duda.
Quisiera poder decirte que el mundo hoy es bastante mejor que el que dejaste, pero la verdad es que está más patas arriba que nunca y la naturaleza está furiosa y buscando venganza. Así como un 12 de septiembre tu marcaste un hito para mí, un 11 de septiembre lo marcó para el mundo. No se si es que todo tiempo pasado fue mejor, pero vivo desconcertada constantemente y encontrando formas de aportar así sea poquito a poquito y suave suavecito.
Muchos de tus amigos del colegio andan en la vida publica, algunos otros terminaron en lo privado, pero igual haciendo país. Líderes de educación, incluso un par, acabaron de presidentes (buenos, malos, me reservo mis opiniones). Como me encantaría saber tu posición en temas políticos y sociales, ese mundo del que hiciste parte y que hoy añoraría esa, tu pieza única; pieza clave. Porque si algo ha cambiado radicalmente, es esta Colombia. Hace unos años la "recuperamos", ahora no me queda tan claro en que estamos. Pero en la teoría se firmó la paz con las Farc (ojo, a pesar de que la democracia optaba por una formula diferente. Pero así son las cosas del poder) Ahora es un país polarizado, con un futuro bien incierto, pero yo, esperanzada. Tus demás amigos andan por ahí, recordándome que las amistades son para siempre y que se quedan en la vecindad, porque la familiaridad nunca se pierde.
De mi madre; tu enamorada, justo después de tu partida siguió con esos planes previamente considerados por ambos. Supongo que fue su forma de todavía sentirse pareja. Salimos rumbo a Londres con Tito ¡Que experiencia tan espectacular! Mientras tanto, Laura y Restrepo ya esperaban a nuestra María, Alejandro saltaba al agua y se nos casó con Anamaría, eso sí, con la bendición del padre Sebastián.
Aunque me avergüence decirlo, minutos después de que te fuiste, a Lina la dejé advertida de que nadie te reemplazaría, por lo cual se dedicó de lleno a nosotros y muchos años después, felizmente, se reinventó de mamá a mujer ¡y que tremenda mujer! Pretendientes han ido y venido, pero jamás han podido robarle el corazón, solo algunos meses de compañía y cariño.
Yo por mi parte empecé en ese nuevo colegio que definimos juntos. Mal momento de cambio, pero aprendí a agrandar mis círculos. Me enamoré por primera vez y ¡que complicado fue el amor! todavía me complica la vida, pero lo añoro como lo más valioso. Que falta me hiciste para contenerme, para protegerme. Pero bueno, aunque un poco a las patadas, el amor se aprende y la adolescencia se desvanece.
La siguiente parada inevitable, fue Madrid, dejarlo todo, empacarlo todo; un tiempo agridulce. Pero nos reconectarnos con esa familia Mc Allister que tanto nos quiere y tanto nos divierte. Alejandro cogió rumbo a Miami, donde tuvo sus primeros dos hijos Santi y Valen y montó su empresa “rosa” que sigue vivita y coleando después de todos estos años. Pá, es que Alejandro y Laura resultaron tal como te los imaginabas, el uno sobresaliente y con tremendo corazón filantrópico y la otra tan generosa como Illa y la más valiente; que se quedó en Bogotá; un poco tullida por la realidad de esos años, pero cuidándolo todo y siendo nuestro polo a tierra. Laura siguió sus pasos y en tiempos de cambio, cambió la 4a por la 3a.
Muchas de tus predicciones se hicieron realidad. Ejemplo terminó en otras manos después de un susto algo mortal, pero dejó tres libras de su peso en valor y recuerdo. ElRincón de Illa y Patilla se vendió intacto y completo y tus hermanas andan entonces, disfrutando de campo propio y de una independiente realidad. Dejaste una segunda generación de familia que se volvió “un” poco más grande. Pacho forjó su rumbo lleno de nietos y todos como siempre hospitalarios, amorosos y listos para echarle agua a la sopa hasta en el momento más inesperado. Todos han piloteado su salud y sus demonios con gracia, con perrenque y sobretodo rodeados de cariño, estoy segura que estarías contento y orgulloso de sus realidades. Aunque seguramente Illa ya te contó, por acá la cuidamos todos, ahora la cuidas tu y ojalá esté la abuela Helena cogiéndote tus dobladillos y recordándote a mi mamá.
Tito y Alejandro heredaron tu gusto por el rodizio; carne hasta la saciedad, mientras que yo, ya no como carne, y aunque sigo siendo la misma tragona, ahora prefiero el pasto a la longaniza. Creo que te desesperaría, pero estarías tú con nuestro Carbón y yo con nuestro Xilvestre. No en todo podíamos ser iguales. Hablando de colesterol te cuento que el Rosal tuvo alcalde de piqueteadero, tremendo es el poder del chicharrón. Y como estamos en el tema de la carne, tu querida tauromaquia está de salida, muy para mi felicidad pero seguro muy a tu pesar.
Mientras pasaban los años, yo a punta de bailes salseros y escandalosos, descubrí en medio de parranda, duelos y desesperación una condición que ha marcado y seguirá marcando mi vida. La bipolaridad. De “manicomio” en “manicomio” y muy en línea punteada aprendí y maduré, hasta que conquiste el poder de la mente y el volumen de la emoción.
Regresamos a Bogotá, algunos antes que otros y reinventamos un vida local con raíces y vínculos inquebrantables. Laura se fue por la tierra caliente y construyó su sueño a 700 metros sobre el nivel del mar, mientras Alejo y yo pusimos bandera en tus coordenadas favoritas de la finca y Tito de quien más quisieras saber, Tito seguro que se tomará tu rincón del universo. Ahora hay campo para todos, después que mi mamá dichosa recuperó a tu Samaria. Má, cambió las flores por la leche y los mil colores por un paisaje en blanco y negro; con Jaime, Briseida y José todavía al pie del cañón.
Es que no te he contado, pero nuestro querido Manjui pasó a otras manos junto con la casa de la oficina. Terminó ese ciclo y con él empezó un nuevo protocolo de familia. Cuidamos de quienes construyeron ese sueño durante años con nosotros, salimos con la cabeza en alto y el corazón tranquilo y con una partitura para el recuerdo. (Hago el apunte que fue uno de los mejores ejemplos que he recibido de nuestra Lina)
Yo, con mi bicicleta construí una segunda familia en la costa del oeste con mil realidades en Ingles; bicicleta que después me acompañó por años con mi hermano y mis amigos de acero. Mientras tanto, nuestros “pobres” adolescentes han sufrido las inclemencias de tus famosos limites, las recogidas de discoteca de papá y mamá al ritmo de una nueva “lambada”; el famoso Reguerón. Pero son sanos, inflexibles, responsables, inocentes y amorosos. Para rematar entre Alejandro y Laura han batido todos los records de acompañar a sus hijos a TODO, Alejandro con sus 500 estadísticas y Laura desdoblándose de lugar en lugar, de actividad en actividad y rematando con tradiciones navideñas.
Mientras Tito crecía y se preparaba para ser un arquitecto de ladrillos y de sueños, se nos enamoró de una Paula y recorrió Colombia haciendo niños felices, mientras se apuntaba aventura tras aventura. Y te acuerdas de Tito cantado Amooooooor, arrodillado y con 5 años, pues ahora a sus 28, se dedica a dar Amoooooor con su 123xmí, acuclillando entre diversión a más de uno. Estarías tan orgulloso; fotocopia tuya, sangre pura y corazón compañero. Te recuerda todos los días como el que más, tu olor, tu risa y hasta tus manos.
De mi rumbo; el derecho lo cambié por el diseño, el orden y por un INDEX lleno de color que 10 años después respira con un poquito de dificultad, pero con esperanza de más futuro. Y ahora Papá, ahora en honor a ti, a todos los nuestros, a nuestra historia y a nuestro pasado, estoy soñando con una Casa Legado y una vida acompañada y sorprendida por mundos de mil versiones.
Pero lo más importante de todo y lo que sería tu feliz felicidad, es que hoy ¡Tienes 6 nietos y que nietos! Tenemos un Lucho, contador de historias; comediante en potencia, una María con un corazón social y con un amor como el tuyo por la fiesta y los amigos, un Santiago golfista, triunfador y ocurrente, una Valentina rebelde, justa y sencilla, una Natalia apasionada, bailarina y feliz, y una Luisa ¡de muerte!, campesina, brillante, ¡única! Estarías derretido; tanto o más que yo. Son mi vida y lo mejor que dejaste.
Donde quiera que estés ¡que falta nos has hecho!, que vida nos permitiste tener y que poco de historias tendremos para contarte cuando nos encontremos, allá, en tu infinito.
Abrazos, desde tu casa y un yaba-daba-du desde tu hogar.