Las 2 Marías

El ultimo año fue uno de esos años en el que el tiempo parecía que corría a media marcha mientras yo vivía en intensidad “esteroide”. Me permitió en las misma 24 horas y los mismos 365 días disfrutar de más lugares, llenarme de experiencias nuevas y hacerme con tantos amigos nuevos, que a ratos me parecía estar viviendo una vida entera en 12 meses. Entre muchas cosas nuevas, lo más chévere que me dejo el 2016 sin duda, fueron un par de Marías. Esas como las que son: “smooth as silk and cool as air”.

Como todo los años para arrancar con pie derecho, me puse propósitos que me sirvieran para crear nuevas ilusiones. Entre ellas no perderme de nada y llenarme la vida de cosas para mi. Típica respuesta a la intensión de retomar las riendas cuando la vida cambia de una rutina de pareja, a la realidad de la vida individual. Busqué entre pasiones y gustos del pasado cosas que me retaran y que me devolvieran retazos de felicidades conocidas y oportunidades renovadas. Gracias a esa decisión y a la valentía de hacer que las cosas sucedan, me conecté con una mujer conocida del pasado que estaba inmersa en un mundo deportivo que yo quería retomar. El mundo del triatlón; el mundo de Tri & Trail. Fue cuestión de una llamada y de repente empezaba como tantas otras veces a ensayar algo nuevo pero conocido.

Entrar a un grupo deportivo nuevo es igual que el primer día en colegio nuevo o cuando se estrena trabajo; siempre expectante pero algo intimidante. Por eso una cara conocida y un pasado en común hizo todo más fácil. María Ester era la amiga que me faltaba, la perfecta con quien montar en bicicleta y con quien volver el entrenamiento un plan. Eso si, nunca me imaginé que poco a poco se convertiría en una pieza clave en mi cotidianidad y la primera en una cadena alimenticia que hasta hoy va rotándose según el “hambre” o las ganas de comer. En un principio fuimos compañera de entreno y con el tiempo y una que otra bola curva inesperada nos empezamos a volver buenas amigas.

Mientras tanto, la otra María, también integrante de “la secta” y a quien todavía no conocía, aparecía y desaparecía como espejismo en un chat maldito de esos que no dejan vivir en paz, pero que conectan en logística y camaradería. A Maru para entonces, solo la conocía por nombre y por nacionalidad, y claro, el simple hecho de que fuera venezolana casi me garantizaba que nos entenderíamos bien. Todos estaban siempre expectantes de su regreso a tierras colombianas y yo muerta de la curiosidad de ponerle cara a tanto comentario divertido en el chat.

Por fin, después de unos meses aparece la Maru de carne y hueso. Como lo sospechaba esta mujer sería una gran amiga, el pasaporte no mentía aunque la fecha de nacimiento parece que si. Todavía me acuerdo la segunda vez que la vi porque no la reconocí; es que todo deportista el día que aparece de “civil” es irreconocible. Pero yo en cambio estaba en facha de trote cuando en la mitad del parque me gritan “HELEN!!!, Chama que bueno verte! “ será posible gente más querida??  Lo dicho, ¡Venezolana hasta el tuétano!

Entre las tres; con una meticulosa delegada de rifas juegos y espectáculos hemos estado a punta de paseos, viajes y planes, con mi parlanchineria no hemos entretenido con conversaciones interminables sobre la vida, los hombres, el feminismo, los sueños y en especial sobre la felicidad. Todo en línea punteada, porque cada tercera palabra es inevitable soltar al menos una carcajada. Y para rematar la reina madre de las redes sociales, se a encargado de dejar un registro fotográfico de estos años mozos con evidencia de cada desayuno energético y el kilometraje recorrido hasta hoy. Dejavú total!

Había cumplido mi cometido, traer cosas positivas del pasados y renovarlas. Difícil imaginarme algo más acorde y más apropiado para este momento de mi vida. Otras dos mujeres que comparten mis intereses, mi estado civil, mi condición y sobretodo mi cotidianidad. Cuando todo el mundo que me rodeaba parecía estar transformándose y alejándose, de repente vuelvo a estar acompañada en el día a día y riéndome sin parar de los miles de cuentos y anécdotas que vienen por derechacon una compincheria femenina así de peligrosa.

Mientras todo parecía y prometía volverse una amistad blindada y una temporada de grandes planes, de repente lo inesperado vuelve todo inexplicablemente MEJOR, inclusive acelera esa cercanía que hoy nos hace “la pandilla maravilla”; 3 mujeres competitivas, llenas de vitalidad y con todas las posibilidades que acompañan la independencia. El mundo estaba ahí para digerírnoslo completo, sin limitaciones ni excusas y más que nada sin la necesidad de pedir ningún tipo de permiso ni ningún tipo de perdón.

El triatlón sin embargo jamás estará exento de “drama”, de rivalidades, cruces amorosos o de descaches tanto mas candentes, que dejan casi a diario noticias jugosas de ultima hora, a ratos con 50 sombras grises y a ratos de color anaranjado PELIGRO. Por eso sin importar proveniencia o consecuencia, este combo mágico a partido de la solidaridad y de una complicidad de mosqueteras. Todo de frente y siempre con cariño, porque a estas alturas de la vida ya las tres sabemos que nadie puede vivir los errores ni los duelos de otros; es cuestión individual procesar, decidir y escoger, pero todo siempre será mejor hacerlo acompañado.

Por ahora nos ha resultado realmente fácil acompañarnos y celebrarnos las unas a otras, es que estamos en tiempos y lugares parecidos. Por eso como alguna vez les dije; “,estas intensidades no duran siempre y el status quo cambiará el día menos pensado”. Así que mientras duren estas ganas de “ GO-CYCLING” juntas y este sentido de pertenecía adolescente, ¡tocará aprovechar! Que hoy y siempre nos acompañe este impulso a ratos tembloroso de arriesgarnos para que cuando haya días o momentos de dudas, sea lo sea lo que cuenta es “showing up!”

Estas 2 Marías que los astros me pusieron en el camino, paralelamente a la barra que me hacen en temas deportivos, son barra brava en lo personal; me consienten, me aterrizan, me han construido piezas nuevas y me han traído devuelta algunas que estaban olvidadas. Han llenado mi mundo de cosas femeninas y de fuerza bruta; junto con sus peculiaridades, sus historias y uno que otro acompañante infiltrado han sido la versión de familia que por estos años me completa la película. Una que une 3 historias de alto rendimiento deportivo y personal enredadas entre una cadena alimenticia que constantemente se reinventa y que sin darme cuenta siempre me tiene contenta.