Under Construction

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Hoy les hablo de trabajo; del trabajo chévere, del que despierta pasiones, ilusiones y diarias tensiones. De la parte de la construcción emparejada con el romanticismo espichado de la labor diaria. He hablado antes de la creación, de lo amplia que es y de lo ilimitada en cuanto a sueños, tamaños e ideas. Ahora estoy en otra etapa. En la decantada, la miedosa, la que comienza a marcar limites y deadlines. La que trae todo tipo de tramites, de presiones y de atrasos. Quiero registrar cada paso del proceso porque me encantaría un día futuro leer y ver como cambiaron las cosas y porque no, darme una palmadita en la espalda por la labor cumplida; cualquiera que sea.

No es la primera vez que emprendo, ya lo hice una vez con algún éxito y hoy me queda algo valiosísimo; la experiencia y los contactos. Estructuras y cronogramas menos inciertos. Seguridad y sobretodo, algo de confianza en mí. “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Soy tan acelerada, tan eficiente y tan INTENSA que usualmente lleno el plato tanto, que empieza a perder equilibrio. Me llega tarde que temprano el mal del milenio; el estrés! Y claro, como siempre me desubica y me bloquea y lo que empieza como control, termina como todo lo contrario, entonces mucho de lo escrito con la mano, lo borro con el codo.

Una de mis debilidades; que a ratos es una fortaleza, es que jamás he podido trabajar bajo presión. No puedo dejar nada para último momento, me anticipo a todo para que no me coja la noche y para manejar incertidumbres que me desvelan. Claro, eso me hace eficiente y un “DOER”, hago que las cosas pasen. Además en tiempos que usualmente parecen surreales. Pero también me sobre actúo y concateno entre obritas demasiado grandes y rápidas para controlar aterrizajes tranquilos. Llega ese momento de gritar “Houston, we have a problem!” de pedir ayuda y de volver a la realidad medio a patadas.

Pero bueno así es el comienzo y el reto del emprendedor. No debo juzgarme tan duramente. Todo riesgo y todo sueño tiene su proceso y como todo, no debe ser fácil, (aun cuando en el momento es el deseo más fervoroso) si fuera así, la recompensa no sería tan grata. Ayer una amiga me dijo: El tiempo es relativo, lo estiramos o lo comprimimos cuando toca; voluntaria o involuntariamente. Así que a relajarme, todo pasará al tiempo que pase, me guste o no. Haré mi mejor esfuerzo, pero necesito desprenderme de tanta exigencia auto impuesta y del hábito de que todo lo que digo y a lo que me comprometo está escrito en piedra.

Años de terapia me han dado la pauta para hacer mis propias reglas y aceptar radicalmente lo que no controlo. No resignada, sino para darle la vuelta y escoger que estreses vale la pena vivir y cuales hay que rodear y dejar que se resuelvan solos y como les provoque. Que será mejor delegar y confiar. Poniéndolo en papel suena fácil, pero es de práctica y sobretodo de ensayo y error. Soy humana y joven y aunque hago el mejor esfuerzo por sentir, pensar y actuar consecuentemente, a ratos como a todos, mandar hasta las cosas más pequeñas pal carajo se siente tan liberador que no quiero perdérmelo.

Entonces, todas las trabas que indiscutiblemente ponen los procesos burocráticos de este país, toca aceptarlos y surfear la ola como mejor se pueda. No es personal y me lo quiero recordar porque es inevitable compararse con otros que a simple vista parecen hacerlo mejor y más fluido. Dicen que el pasto a veces se ve más verde al otro lado de la cerca, ¿pero cuanto vale esa cuenta de agua? ¡probablemente más! Así que a enfocarme en lo mío, en sacarlo adelante y en exigirme aunque rodeada de tentaciones y atajos ha hacer todo como debe ser; por encima de la mesa, con inquebrantable ética. No solo para tener tranquilidad mental, sino porque supongo que a la larga lo barato sale carísimo. Hay tanta norma tan absurda, tan demorada y tan entorpecedora, que apenas la billetera va a tener un golpe durísimo, por lo menos a mí, confieso, se me cruza lo que a muchos, lo que no debe ser. Desde el comienzo, mejor pensar que el flujo de caja será algo parecido a un parto. Gracias a Dios todo lo que me rodea es tan estricto y tan repetitivo, que tengo tatuado en la piel ese sentido de lo correcto, así sea lo más difícil. Ojala nunca siga un mal consejo y sobretodo ojala nunca lo de.

Este blog para desahogarme, para sacar de mi cabeza los pensamientos que está trayendo la inevitable presión que viene con construir y hacer realidad las cosas. Solo así, están afuera y dejan de atormentarme y en especial de entorpecerme. Osea, que a tener bien levantadito el codo! Y gozármelo porque el tiempo pasará y hasta lo chévere quedará atrás y empezarán nuevas etapas.

No se pierdan el siguiente capitulo. Haré lo posible por ser honesta y no inflar lo que tantos vivimos pero no decimos. Ese miedo al fracaso, a las consecuencias de una mala decisión o las cartas que nos baraja la suerte y nos mueve el rumbo dentro de espectros desconocidos. Seguro, me tocará moldearme sin previo aviso e ir inventándome a mi paso lo mágico en lo desconocido.

Se pueden registrar abajo para que no se pierdan de un proceso que de pronto algún día se parecerá al de ustedes.