Tengo el corazón a mil, el alma efervescente, la mente inquieta y los dedos en carne viva de la mordedera de uñas. Que impaciencia, que ansiedad, que ilusión! Han pasado dos meses desde que una idea se convirtió en un proyecto. Hoy los sueños por fin tienen nombre, por fin empiezan a coger forma, pronto tendrán color, sabor y hogar. Es que estoy empezando de nuevo, esta vez mi energía emprendedora me llevó a soñar con la vida que quiero llevar y sobretodo con el legado que quiero dejar. Esta es mi inversión de vida.
Una pregunta que me he hecho mucho los últimos meses ha sido: ¿Cómo se empieza otra vez? Cada vez que me la contesto sale algo diferente y nuevo. Pero me he dado cuenta que la más importante ha sido: Cerrando con honor y amor lo que dejo atrás.
Hace unos 5 meses tomé la decisión de hacerme a un lado de la empresa que hace 10 años era un sueño y que poco a poco y con mucha ayuda construí. INDEX. Le tengo un profundo amor y es como un pedazo de mí. Me duele su dolor, me alegran sus triunfos, me enternece su equipo y me frustran sus obstáculos. He trabajado durante años en función de crear empleos dignos, espacios que enorgullezcan y una atención al cliente que se basara en soluciones honestas y duraderas. Todo lo hemos hecho siempre partiendo de esa obsesión por el orden y por la estética. Creo que en gran parte lo hemos logrado, aún cuando crear empresa es de los retos más duros a los que me he enfrentado. Hace un tiempo la cotidianidad, el día a día y las realidades inamovibles me “anularon”, me cansé de luchar contra corriente y vivir en lo operativo. Me sentí desperdiciada, creo que nací para crear, así que con dificultad y muchísimo miedo tomé la decisión de dejar en las mejores manos mi empresa que tanto quiero y a la que tanto le debo. Me estoy tomando el tiempo de dejarlo todo como mejor puedo y confiando en que lo que dejo y a los que dejo, están impregnados del compromiso de luchar con cariño y por un futuro difícil pero que puede ser prometedor. Les doy todo el crédito, nada habría sido posible sin el equipo que tengo. Entonces, con eso les resumo lo que dejo detrás, la sensación de satisfacción y “culpa” que conllevan este duelo. Es que para mí, INDEX es mi primer hijo.
Pero bueno hoy les cuento es de la ilusión. Siempre he creído que debo hacer, que debo ser o que debo hablar de lo que conozco, lo que está en mi instinto, que sin duda es dar cariño, incluir y construir. Es un llamado que me describe y me abre mil caminos. Este nuevo camino será un “Hotel”, una casa de huéspedes que se dedicará a darle amor a todo lo que la rodea y a todos los que lo que quieran cruzarse por nuestro camino; a honrar todo lo que he heredado desde que existo y a mostrar gratitud en cada paso. Soy anfitriona por excelencia e incluyente por principio, así que es fácil y natural construir a partir de ahí.
Acabamos de empezar y cuando digo acabamos es porque nada en mi vida lo he hecho sola. Lo primero y más valioso que tengo para este proyecto es mi SOCIO, mi “parejo”, mi compañero de aventuras desde hace 20 años. Mi Lucho! Mi sobrino único, especial y uno de los amores de mi vida, a quien quiero dejarle parte de mi legado, mi ejemplo y mi felicidad. Lo segundo, mi mamá que todo lo hace posible, lo hace realidad. Mi familia que participa de cada pedacito; mis otros 5 sobrinos que aunque todavía no lo saben son inspiración y estarán impregnado cada rincón de nuestro nuevo universo. Pero además, la experiencia, los contactos y los puentes que he protegido durante años, me han permitido asesorarme de gente tan talentosa, innovadora y excelente, que están ayudando ha hacer nuestro sueños realidad. Debo mencionarlos porque han sabido traducir todo lo que queremos hacer. Camilo Reyes, Laura Escovar, Laura Franco, Paula Montes y su espectacular empresa PAPER.
Vamos en la primera parte, la que está llena de emoción e ilusión. La que no se limita, ¡porque soñar no cuesta nada! El reto aparentemente interminable de encontrar una casa que contuviera nuestro concepto. ¡Hace poco la encontramos! ¡Que dicha tan infinita! Pasamos de andar de 10 kilómetros por hora a 120 kilómetros por hora. Ayer escogimos el nombre después de un proceso de ideación que ha tomado casi 2 meses. En la próximas semanas vendrá toda la arquitectura y lo tangible de nuestro “negocio” que más adelante quiero compartir con ustedes como un triunfo. Paralelamente estamos en todo lo logístico, lo legal, lo reglamentario, acompañado de lo que más me gusta: el diseño, la decoración y la personalidad que ofreceremos. No saben la impaciencia que tengo de verlo todo listo. Mi urgencia de inmediatez está presente pero quiero saborearme cada segundo de esto. Así que estoy haciendo uso de “respirar” para estar en este presente con los tiempos que tienen que ser.
Mi parte incluyente, mi necesidad de apoyar a los míos, me tienen en la búsqueda de todos aquellos que quieran aliarse con nosotros, por su talento, por sus ideas y por sus compromisos. Solidaridad empresarial y profesional. Si algo me ha dejado la experiencia es que los vínculos, los esfuerzo y la determinación de tomar riesgos con retos personales, deben reconocerse y hacerse visibles. Por eso en lo que pueda ayudar, es mi responsabilidad hacerlo.
Este es un amor distinto pero igualmente romántico. Esperen novedades porque vienen grandes cosas. ¡Palabra de Honor!