Se abre el telón y como cada vez que he ido a cualquier presentación de alguno de ellos, cuando la veo con su moño apretado, su porte elegante, su sonrisa discreta, su tutú impecable, pues nos hay mas, se me infla el corazón y me impaciento por aplaudir. Sin importar si es antes, durante o después de la función. Quiero gritar a todo pulmón que esa señorita que esta ahí sobre las tablas, sola y con el foco de luz sobre ella; esa niña, esa es MI Chu. De repente es que sentirla mía me transfiere un poquito de su talento y sin vergüenza me le robo un poquito su tan merecido crédito. Orgullosa y emocionada, casi siempre se me agüan los ojos mientras contengo las lagrimas por culpa de su gracia, su talento y mi admiración. La siento siempre muy cerca aun allá, bajo el telón, así, intocable y muy de su publico.
Pues si señores, tengo una sobrina que baila, y como baila. Tengo una sobrina que brilla como ninguno en la casa son su arte, sus movimientos y su desenvoltura. Y aunque por estos días lo que más ser repite en su entorno son sus triunfos de bailarina, a veces hasta creo que mi Chu ES bailarina. Pero hoy que me pongo a pensar la realidad es que Natalia baila ballet, pero ES mucho mas que una bailarina. Lo que, si que ES, es una mujer determinada, disciplinada, dulce, sonriente, entonces me sospecho que cualquiera cosa a la que decidiera dedicarse probablemente estaría directamente amarrada a esa esencia, brillaría igual de resplandeciente sin importar que escogiera.
Porque ella tiene esa facilidad teatral de salirse de la realidad y vivir entre un nuevo universo sólo de ella que si estamos de buenas compartirá con nosotros. Es que la Chu cuando está enfocada, está enfocada. Cuando está in-the-zone nadie la saca de ahí. Pero en cambio cuando no, es como si sus bordes se le derritieran y quisieran estar en todas partes, con todas las personas, y derepente es dispersa como ninguna. Ella es un contraste casi como un protagonista y su antagonista todo en una misma persona.
De chiquita incluso me acuerdo de llamarla por su nombre no una, ni dos, ni tres, sino cinco veces y siempre …sin respuesta. Ella estaba en su propio mundo, hasta intentábamos llamarla por cualquier otro nombre a ver si es que ella había decidido bautizarse sola y no nos había pasado la partida de bautismo para estar enterados. Natalia Restrepo claramente no era su nombre artístico en ese momento. De hecho, incluso hoy hay días que ni su nombre la llama. Es ella quien decide cuando y quien la llama.
Siempre ha tenido sus preferidos, los que conocen su mundo más chiquito y más autentico; a su papá que es y seguro siempre será el más y mejor, su cómplice de silencios y deseos, su primo Santi con quien se habla con la mirada y se protege con telepatías de esas que no tengo fortuna de tener, y ni hablar de su preferida de caprichos, su madrina que sin saber a que hora es más hada que madrina, la inigualable Vivi. Pero eso si, fans tiene muchos, empezando por su mamá y sus hermanos que no se pierden ni una de sus movidas y les recuerdo que se mueve como ninguna y tiene más público familiar que ninguno. Porque aun con su independiente libertad, hace catorce años que llegó a llenar de luz esta familia y por eso no podrá nunca sacudirse del amor de esos tres fans de tiempo completo.
Natalia siempre tendrá ganas de querer, de abrazar, de dar alegría, de sentir amor. Ojalá siempre ese amor se lo correspondan como debe ser. Por mi lado entre más la miro, más la admiro, entre más crece, siento que más se merece y entre más se mueve, más me conmueve. Hay envidias de esas que son buenas, envidias que proyectan los tan deseados talentos que yo soñaría tener, con Natalia yo me vuelvo roba talentos. Por un lado, porque bailar me mueve todas mis fibras, pero sobretodo porque saber separarlo todo, aislarse de la realidad cuando hace falta sin dejar contaminar su andar ni su sonrisa, es su más interesante cualidad. Debe ser gracias a eso que jamás se le ve sin sonrisa ni buena disposición. Es por eso que la rodean un millar de amigos que gravitan hacia su tranquilidad. Porque nada ni nadie logra tener poder sobre su aura y logra estar siempre limpia de juicios, ni oscuridad. Siempre podrá proteger su elección de ser libre, de ser feliz. Una cualidad por estos días no solo es de envidiar sino de cultivar.
Hoy mi Chu está cumpliendo años, en un escenario único, igual que ella, una situación que está en el ojo publico y que llena los titulares, igual que ella. Está en cuarentena, encerrada, una ironía para un alma tan libre. Con el mundo en pausa como si estuviéramos en la intermisión de uno de sus grandes espectáculos. Yo creo que no puede ser coincidencia que tanta atención también cayera en su día. Seguro que es un buen augurio. De acá a sus 15 estoy segura de que el telón se va a volver a levantar, no sólo por ella y sus fantásticos protagónicos, sino porque ella se merece tener escenarios y públicos que la aplaudan y nosotros el privilegio de poder disfrutarla. Es que no hay CHU que por bien no venga. Que este sea un comienzo lleno de tu alegría, tu arte y tu gracia. Happy Bday sobrina
Te adora, Tu Helenushka