He escrito muchas veces sobre mis seres queridos, he cogido uno a uno y he intentado rendirles un pequeño tributo dentro de mis escritos para no dejar de reconocer y de seguir mi ley de la gratitud. Esta vez creo que por obvias razones le tocó al “Cerd” ser mi víctima de cariño y agradecimiento. Una amiga que sobre todo en los últimos años ha jugado un papel fundamental en mi cotidianidad, en mis cuestionamientos y sobre todo en mi tranquilidad.
Lina llego a mi vida porque yo creo firmemente que lo intelectos que me retan me atraen de una forma magnética y Lina abrió mi mundo a un humor impecable, a un vocabulario que nunca me imagine me entretendría tanto, juemadre, ella usa tantas palabras que yo quisiera memorizarme, exprime la real lengua española en su totalidad, entonces sus descripciones son precisas, sus analogías inolvidables y sus chistes impecables. Es una de mis amigas más inteligentes, analíticas y arriesgadas. Como profesional nunca dudo de ella, sus capacidades me asombran, y sus pies en la tierra me encantan y los envido mucho. Es solidaria porque sabe lo duro, lo bueno y lo malo de emprender y aunque nunca me esperé su capacidad creativa (confieso que yo pensé erradamente que en esa área le podría ganar) es extraordinaria, muestra de eso es su Frio y Flora, su estudio legal y tantos otros retos a los que se le ha medio en el pasado. Además, debo resaltar que tiene los mejor dichos que existen, es simplemente una persona llena de chispazos.
Ella mi amiga bailadora, la que la salsa le brota de las caderas y le sacude cada fibra de su cuerpo, mi amiga fiestera, mi amiga de desayunos y escapes a momentos de buena vida en horarios prohibidos, mi amiga de vanidades desconocidas para mí. Una amiga de novios de juventud y de dramas de amores humanos, propios de las mujeres que quieren querer y que sueñan con ser queridas con desenfreno. A veces más con imaginarios que con realidades sanas. Pero bueno, al final lo mejor de las dos es que vivimos aterrizadas en el mundo real, con los problemas y las alegrías reales, con ganas de escapar del mundo a ratos, pero también de abrazar lo propio con fervor, cuando después de quejarnos no damos cuenta que el pasto siempre es más verde del otro lado pero que la cuenta de agua también es más cara entonces que no hay que soñar con lo ajeno.
Ella es sobre todas las cosas una mujer auténtica, que nunca pide excusas por sus pensamientos ni sus elecciones. Pero que tiene la humildad y la agudeza suficiente para no mentirse, para no mentirme, para reconocer y afrontar sus demonios y sus dificultades sin agüero. Llamarlas por su nombre, sin miedo o con miedo, pero sin titubear, con perrenque, con cabeza no siempre fría, pero resuelta a resolver por mucho que le toquen bolas rápidas o curvas de esas que manda la vida sin aviso, ni razón.
Su cerebro funciona de forma práctica, pragmática al menos a la hora de analizarme y de decirme las cosas como son, sin anestesia, pero con convicción, no en lo que le sirve a ella sino en lo que me sirve a mí. Hemos tenido vidas muy distintas, entornos muy distintos, pero algo que nos ha caracterizado siempre es que hemos estado rodeadas de mujeres poderosas, de armas tomar, mujeres que por su fuerza y su fortaleza han influido en las mujeres en las que hoy me alegra decir nos hemos convertido. Sara, Marge y Sarita (a quien hace poco conozco) son mujeres fantásticas, diferentes a mí con un claro apego por hermandades y familia contra vientos y mareas, cada una igual de auténtica, “unapologetic”, geniales. Compartir un rato con alguna de las mujeres Arias me deja con un sabor a novedad, a cero aburriciones, a diversión y siempre que salen por la puerta me dejan pensativa por una u otra razón, ni cuenta se dan que, aun lo que pareciera pueden ser pendejadas, a mí me giran un poquito la vida, las creencias y los paradigmas. No en vano Ema la primea de la tercera generación de mujeres Arias va a ser un cohete total, a esa si, ténganle cuidado, porque el mundo se lo va a comer de un solo mordisco y no le va a dar pena, pero si gracia. Las Arias son siempre un alimento pal alma.
Esta mujer que siempre me ha inspirado y con la que siempre es un placer compartir mi vida, además se convirtió en la madre adoptiva de Eugenio, cuando uno tiene perro (cosas que yo no sabía) tener una amiga que esté dispuesta a hacerse cargo de él o a ayudar cuando por cosas de los días necesito ayuda, es un tesoro que uno no puede ni imaginarse. Mi Eugenio llega a su casa y desde el carro empieza a mirar ansioso por la ventana, se bota con ganas de que le abran la puerta para sus vacaciones en casa de niños, de familia, de ruidos y de amor donde los Muñoz Ramírez, una casa donde Lucas lo persigue y tortura con amor, Nicolás se hace cargo de todo sobre mi pulgo y Ema le da la bienvenida con ganas de esconderlo para que nunca me lo vuelva a llevar y Rosita le da la comida con cuchara si es necesario cuanto se encapricha como perro sin ley. Lina lo coge sin pedirle permiso, lo espicha sin dejarlo soltarse, y eso que Eugenio es esquivo por naturaleza. Es que ella sabe de perros, de mascotas, de animales y es ella quien manda y quien le enseña a dejarse querer, yo por el contrario lo dejo más libre y no lo someto a tanto amor del apachurrado, porque yo no sé bien como es que es eso de dejarse abrazar. Siempre me siento tranquila porque lo quieren, lo entretienen y lo cuidan como propio y no hay mejor sensación a la hora de separarme de mi pequeño pedacito de familia.
Los últimos años han sido años de retos para ambas, de retos en distintos frentes, y nuestras conversaciones y el tiempo que hemos sacado la una para la otra nos ofrecen un poco de sosiego, son una pausa que siempre nos recarga a ambas. Mi amiga entre paréntesis sí que sabe sacar tiempo entre paréntesis para que la vida sea más llevadera.
Cuando le dije que sentía que mi vida ya se había acabado, su respuesta fue: ¡No seas ridícula! súbete en un avión, búscate algo, que tu no has acabado nada, aprovecha que puedes, que eres libre mi Helen y vete lejos y vuelve pronto. Fue la que me prohibió sacar a mi mamá de taquito por mortificaciones inexplicables, porque fue muy clara en que ella era mamá y que le debía tranquilidad a la mía, así fuera por el simple hecho de que fue la mujer que me dió la vida. Lina no sabe, pero en el 2023 salvó literalmente mi vida, es protagonista de un momento en donde las fragilidades trataron de hundirme y sin saber a qué hora muy a su estilo; a las buenas o a las malas, no me permitió nada diferente a cogerme de un flotador con miras a llegar a tierra firme. Y como uno a veces no sabe las bondades que hace por otro, porque se dan por sentado, este llamado es a reconocer ese golpe de suerte que tuve con tenerla para echar mano de sus virtudes cuando las he necesitado.
Devil, desde la distancia que me tome gracias a ti, Eugenio y yo te mandamos un abrazo muy grande.